"Por eso va a funcionar": una apuesta por las fortalezas como respuesta a la exclusión residencial

Noticia publicada el 24 de abril de 2025

Hay una escena de Matrix, justo antes de que Trinity y Neo vayan a rescatar a Morfeo, en el que ella le plantea: “Nadie había hecho nada parecido” a lo que él convencido responde: ”Por eso va a funcionar”.

Esta conversación ejemplifica la atrevida decisión ante la necesidad (y conveniencia) de articular respuestas alternativas para las muy diferentes personas que no cuentan con una vivienda adecuada en la que vivir.

Desde hace años se viene hablando de que la exclusión residencial se ha diversificado, afectando a un perfil variado que ya no responde al consumo de tóxicos asociado a crisis personales. Por el contrario, se trata de personas con las que no se contemplaba a priori su acceso a los recursos de acogida

Y es que por múltiples motivos, la secuencia lógica empleo - dinero - vivienda ha dejado de ser válida. Esto conlleva la escasez de salidas seguras o estables a vivienda por lo que las estancias en los recursos municipales pueden ser muy prolongados. Esto, que en un principio puede suponer un inconveniente, con el tiempo, se ha observado que puede derivar en una una compleja sobreadaptacion a un esquema asistencial que deriva a su vez en una reducción de la auto-exigencia.

Hace 2 años surgió la oportunidad de disponer de un bloque de apartamentos y la mejor idea (pastilla roja mediante) resultó ser cederlos a personas mayores de 50 años que, a pesar de contar con ingresos, acumulaban ya muchos meses de búsqueda infructuosa de una vivienda con el riesgo de “acomodarse” a los recursos. En este sentido, se entendió que la edad era un handicap al ver reducidas sus posibilidades de acceso al mercado laboral lo que suponía una menor participación social, reduciendo tanto sus relaciones como la disposición de apoyo.

El reto para ellas consistía en pasar de espacios con presencia frecuente, cuando no permanente, de equipos educativos a no contar con nadie. La estrategia: confiar en que recuperarían sus hábitos y cuidarían de manera autónoma tanto su espacio como el edifico. La hipótesis, que aliviar la cuestión residencial tendría una incidencia directa positiva en su calidad de vida.

Pues bien, hace ahora 15 meses se inició este proyecto en el que participan 9 personas y que ha cumplido y superado las expectativas iniciales. De entrada, se han producido las esperadas mejoras en aspectos claves como bienestar personal, material y autodesarrollo, esto es: la capacidad de tomar decisiones y organizar su vida. Pero más allá, esta mejora personal parece haber sido clave para que la mayoría hayan iniciado o retomado aspectos laborales bien a través del empleo o de la formación y que no estaban contemplados en el diseño del proyecto. Sin embargo, lo más importante, es que han generado entre ellas una red de apoyo, que les ha llevado a convertirse en comunidad.

Así que sí: funcionó.

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